Hoy, El misterioso y violento asesinato de un joven dibujante, Sebastián, dentro de su humilde taller, en las zonas más pobres de la ciudad, perturba a su comunidad;
Ahora, Yupanqui; está dispuesto a todo, para solucionar este caso, llamado por el mismo: “El caso de la línea perfecta”.
Asentamiento urbano-marginal, sobre la ladera de un cerro arenoso, muy alejado de Lima.
El cuerpo sin vida de Sebastián, acababa de ser llevado a la morgue; acompañándole, iban su madre y su hermana.
Yupanqui, dentro de la ahora vacía casa de maderos y ladrillos, empezó su trabajo de investigación; Primero, en base a la observación general, del taller de Sebastián, así, haría su perfil.
El área no abarcaba mas de metro y medio cuadrado, un cuadrilátero llenado de luz por una sola ventana de madera vieja, cubierta apenas con una cortina plástica que solo cubría media ventana. El teniente miro a través de ella y vio hacia arriba y descubrió que en cierto ángulo se divisaba la ventana de un tercer piso de una casa vecina.
-Ósea que Sebastián dormía al lado de su mesa de dibujo- se dijo para si el teniente.
-ah,“...un espacio de Artista” , pensó Yupanqui, columnas de hojas tipo bond y otras de papel de periódico, que se elevaban desde el suelo hasta la altura de un silla, devoraban el poco espacio disponible en el taller.
Estas columnas papeles estaban repletas de dibujos hechos con mucho dinamismo, mujeres guerreras, triunfantes sobre ejércitos de bárbaros, y en otras hojas, chicas en ceñidos trajes estelares combatiendo ciclópeos robots. allá, en otra hoja, se veía, a dos jóvenes adolescentes que vestían unos trajes incaicos ceñidos, combatiendo a unos monstruos infernales.
-“...mujeres violentas,” resumió el teniente.
Algunos dibujos de Ninjas adolescentes y esbeltos, disparando rayos enormes, y otros dibujos en unas hojas de papel cuadriculado; Ninjas, femeninos y masculinos con los rostros descubiertos, mirando al horizonte,
-“...fantasea con obtener un poder mayor ”, concluyó, Yupanqui.
Por debajo de todas las anteriores columnas de papeles, se hallaban hojas dibujadas, en ellas, varios personajes, que no llegaron a ser dibujados de cuerpo completo, La cantidad abundante, de estos cientos de rostros, lo hizo intuir,
-“...persigue su identidad”, y eso, entristeció a mucho al teniente.
pasaron como, seis horas de búsqueda de pistas y nada.
En una esquina del taller, rumas de Fotocopias anilladas; y otras aun sin anillar, v embolsadas, copias de diversos libros sobre anatomía humana. y técnicas para hacer comics.
- mmm... “inconforme, mejora su entorno”, pensó el teniente,
Yupanqui, encendió la lámpara doblada y descubrió su propósito, ahora, podías ver a través de una hoja en blanco ubicada encima de otra, en la cual había dibujaba una pagina de historieta, ambas fijadas sobre el vidrio.
-Esta transparencia servia para que dicha pagina sea copiada, hacia la hoja que se hallaba encima, pero, no solo se copiaba el dibujo, sino que, se pulía al mismo tiempo, el trazo.-
Esto lo hizo reflexionar,
-“La línea perfecta necesita de trazos guía”- y eso lo llevo a pensar.
-Debo encontrarlas, Eso me diría, que estaba dibujando, cuando lo asesinaron; quizás, el asesino toco, también, esos dibujos. – concluyó Yupanqui.
-“jamás podrás vencernos, somos los cegadores de sueños, somos el llanto de las madres, la frustración en las naciones”.
Ésta historia continuará...!
ILUSTRACION: Brenda Roman.
1 comentario:
hola galvan, sabes me llamo leoncio Yupanqui, me s gusta escribir y quiero entrar en tu cuento
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