El paisaje frente a nosotros es de una hermosa y soleada campiña; conformada, por unas lomas, salpicadas de árboles y vegetación. Y todo este conjunto de pequeños vallecitos, descansaban, a su vez, apoyados, al fondo de dos enormes cerros; de piedras marrones y azules.
En la cima, de una de estas lomitas, unos inofensivos arbustitos, entre lazados por una red de tipo de pescador, bueno, en realidad; se trataba de una larga cobija, conformada por ramitas llenas de hojas, las cuales, escondían la atlética silueta de una joven, echada en el suelo, la cual, apoyaba sus codos sobre unas frazaditas, además, su rifle, cubierto por unos trapos grises; ocultaba su brillo metálico.
En la cima, de una de estas lomitas, unos inofensivos arbustitos, entre lazados por una red de tipo de pescador, bueno, en realidad; se trataba de una larga cobija, conformada por ramitas llenas de hojas, las cuales, escondían la atlética silueta de una joven, echada en el suelo, la cual, apoyaba sus codos sobre unas frazaditas, además, su rifle, cubierto por unos trapos grises; ocultaba su brillo metálico.
la mira de su rifle, apuntaba hacia un rancho, que se hallaba, a casi, medio kilómetro, loma abajo; y a través de dicha mira, podemos divisar, al centro del área, tres cabañas, de techos de madera del tipo de dos aguas, dichas cabañas, estaban elevadas del nivel del suelo por unas lozas de piedra y eran del tipo de cabañas montañesas, y en sus linderos rodeada de extensos corrales, se hallaban estacionadas, dos polvorientas, pero poderosas camionetas rurales.
Mas allá, en los limites, de aquel rancho divisamos a ocho vigilantes; hombres altos y corpulentos, dispuestos en pares, en los extremos, de la cerca de madera que rodeaba el rancho, todos ellos armados, algunos, con rifles automáticos y otros con escopetas de gran calibre. el olor a estiércol de vacuno, se levantaba, gracias a los vientos fríos del atardecer.
La joven, usando, su “hand-free” del celular, llamo: -¡hey, Vaca,!... estas en posición?- una voz masculina; contesto –hmm!…seeh.-
y a continuación, replicó –hey, y no, me digas vaca, para tal caso seria toro, no?-la chica esbozo una sonrisa por la corrección, y en eso una tercera voz se filtró en la conversación - no eres vaca, mas bien, luces como, un cerdo, ja,ja,ja,! y la segunda voz sonando mas furiosa aun, dijo - al menos no luzco; como, como, el chasis de un gato flaco, ¡aja.!-
ya, cállense los dos, y díganme ¿como la ven desde allí?, ¿la hacen, o no la hacen? , -“papayita”- respondieron los dos.
¡entonces, prepárense! – dijo la chica- que entraremos en “zona oscura” en tres, dos, uno, ahora!
“La zona oscura”; ellos sabían, que eso, significaba usar “el Nulificador de señales”; un aparato electrónico, portátil, capaz de bloquear toda señal, de cualquier tipo de celular, telefonía fija , además, de Internet, todo esto, fallaría en un kilómetro a la redonda. por veinte minutos.
Los dos primeros guardias habían caído en silencio, gracias, a las “navajas voladoras” de “chasis de gato”, letales y ligeras obras de orfebrería, manipuladas con destreza por el carnicero.
por otro lado, la poderosa y brutal técnica de “desnucar al enemigo” por sorpresa, de “El toro”, era por demás, devastadora, imaginen a un toro encarnado en un ser humano, un minotauro asesino.
lamentablemente; todo el sigilo, fue roto por un guardia, que pudo alcanzar a soltar un disparo, éste, alertó a todos los de la cabaña, del ataque.
Entonces, se inicio un feroz tiroteo los rastros de las balas nublaban, el lugar.
Mas allá, en los limites, de aquel rancho divisamos a ocho vigilantes; hombres altos y corpulentos, dispuestos en pares, en los extremos, de la cerca de madera que rodeaba el rancho, todos ellos armados, algunos, con rifles automáticos y otros con escopetas de gran calibre. el olor a estiércol de vacuno, se levantaba, gracias a los vientos fríos del atardecer.
La joven, usando, su “hand-free” del celular, llamo: -¡hey, Vaca,!... estas en posición?- una voz masculina; contesto –hmm!…seeh.-
y a continuación, replicó –hey, y no, me digas vaca, para tal caso seria toro, no?-la chica esbozo una sonrisa por la corrección, y en eso una tercera voz se filtró en la conversación - no eres vaca, mas bien, luces como, un cerdo, ja,ja,ja,! y la segunda voz sonando mas furiosa aun, dijo - al menos no luzco; como, como, el chasis de un gato flaco, ¡aja.!-
ya, cállense los dos, y díganme ¿como la ven desde allí?, ¿la hacen, o no la hacen? , -“papayita”- respondieron los dos.
¡entonces, prepárense! – dijo la chica- que entraremos en “zona oscura” en tres, dos, uno, ahora!
“La zona oscura”; ellos sabían, que eso, significaba usar “el Nulificador de señales”; un aparato electrónico, portátil, capaz de bloquear toda señal, de cualquier tipo de celular, telefonía fija , además, de Internet, todo esto, fallaría en un kilómetro a la redonda. por veinte minutos.
Los dos primeros guardias habían caído en silencio, gracias, a las “navajas voladoras” de “chasis de gato”, letales y ligeras obras de orfebrería, manipuladas con destreza por el carnicero.
por otro lado, la poderosa y brutal técnica de “desnucar al enemigo” por sorpresa, de “El toro”, era por demás, devastadora, imaginen a un toro encarnado en un ser humano, un minotauro asesino.
lamentablemente; todo el sigilo, fue roto por un guardia, que pudo alcanzar a soltar un disparo, éste, alertó a todos los de la cabaña, del ataque.
Entonces, se inicio un feroz tiroteo los rastros de las balas nublaban, el lugar.
Dentro de la cabaña, Don Elías, el capo de la mafia del norte, estaba alertado ya, de que enviarían sicarios, para matarlo, pero sabia que aun se podía huir de allí. Y justo cuando, se decidía a salir, la pared de la cabaña de adobe, fue echada abajo, por la feroz envestida ,de El Toro, entonces, Don Elías, de un brinco, atravesó la ventana, dejando tras de si una estela de retazos de vidrios cayo al suelo
Esquivó , dos navajas voladoras pero luego corriendo se dio cuenta, de que no iban, en realidad, dirigidas hacia el , ya que hicieron blanco, en sus dos guardaespaldas que lo seguían de cerca. Llego al cabina de la camioneta, y salio con ella , a toda maquina, desde lejos, loma arriba; Sándalo: la joven del rifle, calculaba, la distancia, el viento,
Mientras, veía a través de su mira la sonrisa triunfante de don Elías, conduciendo su camioneta .entonces jalo del gatillo , y, la cabeza de don Elías, cayó y golpeo el timón, tomo casi dos segundos en llegar la bala a su cráneo. luego de eso la camioneta se desbarrancó y explotó.
la zona oscura estaba por desaparecer y la misión se había completado a la perfección;
ahora, los jóvenes se retiraban, cada uno por su lado montándose a sus respectivos vehículos, ocultos, entre la vegetación de la campiña. mientras Sándalo, se retiraba, en su moto, recibió una llamada a su celular.
era su jefa , quien recibió las noticias, de que todo, había salido bien;
y además, les encargaba una nueva misión, esta vez, seria en Lima, y el blanco, era un policía, que estaba causando muchos problemas, a su poderoso cliente.
Este molestoso teniente de la policía se llamaba: Yupanqui.
….Esta historia continuará…!
Ilustración por: Brenda Román
Esquivó , dos navajas voladoras pero luego corriendo se dio cuenta, de que no iban, en realidad, dirigidas hacia el , ya que hicieron blanco, en sus dos guardaespaldas que lo seguían de cerca. Llego al cabina de la camioneta, y salio con ella , a toda maquina, desde lejos, loma arriba; Sándalo: la joven del rifle, calculaba, la distancia, el viento,
Mientras, veía a través de su mira la sonrisa triunfante de don Elías, conduciendo su camioneta .entonces jalo del gatillo , y, la cabeza de don Elías, cayó y golpeo el timón, tomo casi dos segundos en llegar la bala a su cráneo. luego de eso la camioneta se desbarrancó y explotó.
la zona oscura estaba por desaparecer y la misión se había completado a la perfección;
ahora, los jóvenes se retiraban, cada uno por su lado montándose a sus respectivos vehículos, ocultos, entre la vegetación de la campiña. mientras Sándalo, se retiraba, en su moto, recibió una llamada a su celular.
era su jefa , quien recibió las noticias, de que todo, había salido bien;
y además, les encargaba una nueva misión, esta vez, seria en Lima, y el blanco, era un policía, que estaba causando muchos problemas, a su poderoso cliente.
Este molestoso teniente de la policía se llamaba: Yupanqui.
….Esta historia continuará…!
Ilustración por: Brenda Román
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